Claves del éxito de España e Italia en la Eurocopa 2021
Desgranamos todos los factores que explican el gran rendimiento de ambas selecciones mediterráneas, que se medirán por un puesto en la final de la Eurocopa 2021.
Alcanzar la penúltima ronda de una competición continental como es la Eurocopa 2021 supone una gesta nada desdeñable, pero tanto España como Italia quieren más. Ambas selecciones nacionales han conseguido buenos resultados, pero lo que es más importante, han tenido la capacidad de construir una identidad futbolística y suscitar la pasión en todos sus aficionados. La identificación de los habitantes de ambos países con La Roja y la Azzurra ha ido incrementando a medida que avanzaba el torneo debido a la capacidad innata de ambas selecciones para superar momentos difíciles, tirar de orgullo y practicar un juego de estilo claramente definido y bastante vistoso.
España, el objetivo inaplazable de jugar en campo contrario
Quizá no sea el equipo más físico ni experimentado, pero Luis Enrique ha sabido construir una columna vertebral que irradia confianza a los compañeros y permite imprimir un marcado estilo de juego. Unai Simón está siendo el héroe de la portería, Aymeric Laporte ha tenido algún despiste pero transmite buenas sensaciones generales, Sergi Busquets es quien otorga equilibrio a todo el sistema y Álvaro Morata es el faro con el que todo el equipo se orienta para conseguir desahogo en la salida de balón.
Es un equipo largo, con recambios de garantías y jugadores que pueden aportar cosas distintas desde el banquillo. Tener la posesión del balón se ha convertido en el gran objetivo de un equipo que tiene en Azpilicueta a un lateral sólido con capacidad remateadora, y a Jordi Alba o Gayá como carrileros verticales que penetran por la banda izquierda como cuchillo en mantequilla. Tanto Sarabia como Ferrán Torres están sabiendo hacer daño con diagonales y ostentan una clarividencia de juego asombrosa, mientras que Koke da consistencia y Pedri busca el último pase con la naturalidad y el talento de un niño que juega en la calle.
Italia, el balón como tesoro de valor incalculable
Ha habido muchas selecciones italianas que se han caracterizado por su defensa férrea y sin fisuras, pero la de Roberto Mancini se caracteriza por su predilección por la pelota y habilidad innata para defenderse con ella. Chiellini y Bonnucci aportan ese aire nostálgico y de experiencia a una zaga cuyo gran apoyo es el talento de un centro del campo que monopoliza el dominio de la pelota y reduce al máximo las pérdidas. Jorginho y Verratti son los cimientos de una ofensiva en la que Barella juega un papel fundamental en la segunda línea, completando el tridente letal de todo el campeonato: Immobile, Chiesa e Insigne.
Uno de sus grandes argumentos han sido los carrileros largos, especialmente Spinazzola. Sin embargo, el zurdo de la Roma ha sufrido una grave lesión que le mantendrá alejado de la cancha y causará una baja sensible en los italianos. Esto puede ser clave ya que gran parte de la capacidad de sorpresa en ataque se pierde, haciéndose mucho más dependientes del talento individual de los de arriba. Lo que está claro es que Italia ostenta una identidad propia y tiene como vocación el juego combinativo, veloz y dominante.
