Giovanni Trapattoni, el nuevo 'San Patricio' de Irlanda
Ha clasificado a Irlanda para la Eurocopa dos décadas después


Cada 17 de marzo medio mundo se tiñe de verde y se llena de tréboles. Es el día de San Patricio. Los irlandeses, especialmente los que viven lejos de la isla (cuestión de morriña), celebran con orgullo la conmemoración del día en el que San Patricio llevó el cristianismo a la República de Irlanda. Vestirse completamente de verde, beber cantidades ingentes de cerveza y -lo más sacrificado- comer la típica col irlandesa son las condiciones necesarias para honrar al santo que fue capaz de explicar la ininteligible Santa Trinidad con un simple trébol. Es, sin duda, el día más importante del año en Irlanda.
Parecía imposible, pero el 17 de marzo ha cobrado una dimensión todavía mayor en Irlanda desde el pasado 15 de noviembre, y es que en un 17 de marzo, concretamente el de 1939, nació quien ha devuelto a la República de Irlanda a una Eurocopa dos décadas después: Giovanni Trapattoni. A sus 72 años y con una extensísima carrera y tres Copas de Europa a sus espaldas (2 como jugador, 1 como entrenador), el veterano técnico italiano ha encontrado su hogar en Dublín, donde se ha convertido en un ídolo tras vencer a Estonia en la fase de repesca y devolver a los Boys in Green a una Eurocopa de la que se disputó en Alemania en 1988.
Después de ocupar con éxito los banquillos de medio mundo, de dirigir a gigantes como el Bayern de Munich y la Juventus, después de convertirse uno de los entrenadores con más títulos en su palmarés, Trapattoni decidió asumir el reto de clasificar a la República de Irlanda para el Mundial de Sudáfrica del 2010. The Boys in Green se habían estrellado en la fase de clasificación para la Eurocopa 2008, llegando a perder contra Chipre y quedando cuartos de su grupo, por lo que la Federación Irlandesa de Fútbol (FAI) pensó en recurrir a la cosmopolita experiencia del técnico italiano.
La apuesta, aunque arriesgada, ha resultado muy positiva para Irlanda. `Il Trap´ llegó a Irlanda acompañado por Marco Tardelli -campeón del mundo con Italia en 1982- y Liam Brady -leyenda del fútbol irlandés con la que coincidió en la Juventus entre 1980 y 1982- y se centró de dotar al combinado irlandés de una mentalidad ganadora y de la confianza necesaria para verse capaces de lograr un puesto en el Mundial, después de faltar a la pasada edición. En el primer intento fracasó. Irlanda se quedó fuera del Mundial de Sudáfrica 2010 de la manera más cruel, con una mano de Thierry Henry en el último minuto de la repesca frente a Francia que William Gallas convirtió en el pase de los franceses y la consecuente eliminación de los irlandeses. En su camino hacia la Eurocopa 2012 ha tenido mejor suerte.
Trapattoni no ha retocado demasiado el once irlandés desde que asumió el puesto de seleccionador. El centrocampista del Stoke City, Glenn Whelan; y el del Blackburn Rovers, Keith Andrews, fueron las únicas variaciones que introdujo respecto al legado que le dejó Steve Stauton y con el paso de los años ha ido dando entrada a nuevos talentos del fútbol irish. Su principal cometido, más que el cambio de hombres, ha sido corregir los pequeños detalles, siempre tan importantes para él. De hecho, en su defensa de cuidar los pequeños detalles `Trap´ recuerda que perdió la final de la Copa de Europa porque su equipo no defendió bien un saque de esquina. Entre sus medidas más extrañas se encuentra la prohibición de llevar pantalón corto o gorra a las comidas de grupo. Pero, sin lugar a dudas, la más llamativa es su negativa que los jugadores coman setas. “Tiene algo contra las setas. Yo no veo cómo pueden ser malas para nosotros, pero Trapattoni nos las ha prohibido”, comenta Damien Duff, uno de los jugadores puntales de la selección irlandesa.
Pese a la castrense disciplina a la que se ven sometidos los jugadores están encantados de seguir las órdenes del general italiano y los resultados no pueden ser mejores. Jugadores como Robbie Keane, Damien Duff o Aiden McGeady ofrecen mejor rendimiento con su selección que con sus clubes, se han convertido en las señas del equipo de Trapattoni e Irlanda funciona perfectamente. Rozó la clasificación para el Mundial 2010 y estará presente en la Eurocopa 2012 donde se enfrentará a Italia (el país natal de Trapattoni), España y Croacia, con quienes se ha visto encuadrada en el grupo C.
En casa de los Trapattoni, especialmente su mujer Paola, insisten en que Giovanni deje de una vez el mundo del fútbol, pero él, a sus 70 años, todavía se ve con fuerzas de seguir. "A menudo me pregunta cuándo dejaré el fútbol, pero todavía no tengo la respuesta", broma Trapattoni. El técnico italiano confiesa que Paola siempre ha soñado con dar la vuelta al mundo con su marido cuando este se jubile. Tal vez ese viaje tenga Polonia y Ucrania como punto de partida. Siempre y cuando Irlanda acepte despedirse de su nuevo San Patricio.